Sincroniza cuerpo, mente y espíritu
¿Sentirte mejor sin necesariamente sostener una conversación con otra persona? Sí; ¡es posible! Podemos acrecentar nuestro bienestar al recibir un sutil toque (o varios) en nuestro cuerpo físico. A mí me pasó, aquel día que desperté y pude ver como aquello que hice “sin saber” para qué, tenía un gran
propósito en mi vida. Un momento en el que todo aparentaba estar bien en mi vida. Tenía un buen trabajo, muchos amigos, estabilidad financiera, salud y amor; pero lo que no alcanzaba a tener era pasión por la vida. Me levantaba cada mañana en automático para hacer lo que me tocada hacer. ¿Pero,
realmente eso es lo que yo quería hacer? Pues no lo sabía. Para empezar, ni tan siquiera conocía, que uno podía elegir hacer en la vida lo que nos hace felices.
Había algo que no estaba en su sitio, que estaba siendo ignorado sin saber por qué. Algo que no permitía sentirme bien conmigo misma y peor aún que lo dejaba visible a ciertas personas. Mi cuerpo, espíritu y la mente no iban de la mano. No fue hasta que decidí hacer algo para mejorarlo, cuando di el paso clave hacia mi bienestar integral. Momento que también decidí tomar un curso para terapeuta de masaje, algo que no recuerdo haber tenido costumbre de hacer antes.
En ese momento, se abrió un nuevo canal de comunicación entre mi mente y el cuerpo que me condujo a mi alma. Descubrí ese asombroso canal que conectaba todo lo con aquellas técnicas (que difícilmente entendía) trataban de enseñarme y que hoy comprendo como el sistema nervioso central. La anatomía de nuestro cuerpo es un modelo impresionante que nos muestra como todo se relaciona y se conecta con el universo. Fue a través de ello, que comencé a descubrir la importancia de sincronizarlo todo, de ordenarlo todo, comenzando con tan solo un toque sutil en nuestra alma.
¿Renunciar a lo poco que tenía, para aprender a aliviar a otros con dolor? Pregunta que apareció en mi cráneo sin imaginar que provenía de algún hemisferio de éste. Mi visión era la de proveer un bienestarfísico a algunos familiares, sin imaginarme tan siquiera que eso iba a dar paso a una de mis grandes pasiones como lo es la Terapia Craneosacral. Una técnica que atiende el sistema nervioso central y que a mi conectó directito con mi fatigado corazón.
A pesar de ello, hubo días en los que evalué si continuaba o no con la terapia craneal. Fueron tantas las veces, que sinceramente perdí ya la cuenta. Pero lo que si me queda claro es que siempre hubo ángeles que llegaban en el momento menos esperado a solicitarme su terapia craneal. Ángeles terrenales, sin duda, que sin sospechar mi intención de “quitarme”, me animaban a continuar mi práctica y formación.
En ocasiones, somos nosotros los que permitimos que cosas externas nos desenfoquen. Y si, probablemente hay momentos que no nos queda otra alternativa, pero volver a retomar nuestros sueños, pasiones y grandes deseos son nuestra responsabilidad. En los 5 años que llevo como terapeuta, he visto de cerca la gran necesidad que todos tenemos de ser atendidos, ser tocados por una mano sanadora. He descubierto gracias a mis clientes (pacientes), como indudablemente estamos conectados y como todo en nuestro cuerpo se relaciona con algo. Todo tiene un origen, pero nuestro cuerpo tiene la capacidad y la sabiduría vital para hacer que nuestra realidad sea distinta, sea mejor. La sensación que me queda, luego de poder tocar la cabeza de otros es indescriptible y espero algún día poderla explicar.
Por lo pronto, seguiré sincronizando en mí y en otros; el espíritu con la mente en el cuerpo.
You may also like
11 Beneficios que recibes al Invocar a Tus Ángeles

Invoca a diario a tu ángel guardián
